Esta noche gélida
de palomas dormitando
en los huecos de la pared
de escaparates apagados
tu luz (lejos) me impide dormir
y sólo puedo cantar
no calla el viento
y sólo puedo cantarte.
(poema incluido en el libro Voces Nuevas XXVIII de la editorial Torremozas)
Ha brotado un espacio lunar en mi costado
la mancha avanza cubriendo lirios
amapolas
y a tu país entero.
Aquí siempre llueve
polvo y agua forman una masa blanquecina
que bloquea mis pies
no podré llegar a casa
no creo que llegue.
La crueldad de los hoteles es astuta
vigilante
en el camino me ofrecen sus alcobas vacías
la burla de tu sudor ha quedado en el blanco
de las sábanas de esas camas comunes.
Esta noche no llegaré a casa
la belleza y tus cuentos no deberían ir nunca juntos.
Todo este tiempo de medida viscosa
se pega a los pies
dilatando las distancias
se pega a la garganta
deteniendo tus palabras de mar.
Esta es una primavera sin florecer
de semillas que siguen latiendo
bajo tu sonrisa congelada.
Nacer para huir del negro
atravesarse por el dolor de la belleza
el mismo que diseña el insomnio
el que promete escenas de lo sublime
cómo decirles que nací con la palabra
y que los seres como yo habitamos
entre éste y otro lugar
entre el ansia del deseo
y la pereza de lo mundano
entre el amar y el huir
no llegaréis a mi intimidad
ese lugar sólo es accesible por el azul
de miradas cargadas de intenciones
de palabras colgadas de labios húmedos.
(inspirado en los versos de Isabel de los Ángeles Ruano).